THE WALKING DEAD: Las obras maestras de Telltale Games

Por si no lo sabíais, soy un fan de The Walking Dead… Pero no os equivoquéis: Aborrezco la serie de televisión, ya que me parece que tiene un despropósito de argumento, capítulo tras capítulo y eso no lo puedo perdonar tras haber leído desde sus comienzos el genial cómic creado por Robert Kirkman y Tony Moore.


Pero cuando digo que soy un fan, no me refiero a que cada vez que sale un número del cómic me pongo a chillar como una adolescente histérica en un concierto de Auryn, Justin Bieber, o el cantante imberbe de moda entre la chavalería… No...

Soy fan porque aprecio las buenas historias y el cómic guionizado por Kirkman era excepcional en ese aspecto hasta su número 50 o 60… A partir de ahí decayó el guión haciéndose repetitivo y poco interesante.

Y cuando ya pensaba yo que el mundo de The Walking Dead no me iba a dar sorpresas interesantes, llegaron los chicos californianos del estudio de Telltale Games y crearon uno de los videojuegos que más me han enamorado en muchos años... ¡Y llevo jugando a las consolas desde la primera Game Boy!!!


Los videojuegos de The Walking Dead pertenecen al género de la aventura gráfica (en esto no incluyo The Walking Dead: Survival Instinct, que es un shoot’em up y una mierda pinchada en un palo) y se componen de dos temporadas de cinco capítulos cada una, excepto la primera, que incluye un capítulo extra.

Para ser sinceros, estos dos temporadas las puede terminar hasta un niño de seis años, ya que su dificultad resulta mínima porque el juego se basa en un noventa y cinco por ciento en tomar decisiones, que según las hagamos modificarán la historia. Lo bueno de estas decisiones es que no están encasilladas en el bien o el mal de forma clara. Es más, podemos tomar alguna decisión bondadosa que después puede costar cara a nuestro grupo de supervivientes, o viceversa.

Me explico con un ejemplo… En un momento de uno de los capítulos, el juego nos plantea una situación crítica con zombis de por medio y en ella sólo podemos salvar a una persona de dos posibles… ¿A quién salvamos?... ¿Al joven veinteañero inexperto e irresponsable que nos meterá en más problemas si le acompañamos, o al adulto cincuentón que es resolutivo y sabe lo que hacer en cada situación, pero al que acaban de morder en el tobillo (o eso parece)?

¿Qué es lo que más nos conviene si en ese mismo momento estamos rodeados por una nube de zombis?

Aparte de estas decisiones, que realmente son lo mejor de todo el juego, también nos encontraremos con algo de exploración en tercera persona y con la resolución de algún puzle muy sencillo que, para ser sinceros, a mí me sobran pues con la simple toma de decisiones, el videojuego ya gana muchos enteros.


Y es que si por algo destacan estas dos temporadas es por la capacidad que tienen de meter al jugador en la historia, hacer que nos impliquemos con los personajes del juego y lamentarnos muchas veces cuando tomamos alguna decisión que implica perjudicar a un personaje y beneficiar al otro… Porque seamos sinceros, terminas por implicarte con los sentimientos de todos los personajes y muchas decisiones te cuesta hacerlas y te arrepientes de ellas (sobre todo porque muchas de ellas están marcadas por una cuenta atrás, que nos obliga a decidir con rapidez)… Además, si alguna de nuestras decisiones afectan a uno de los personajes, estos lo recordarán y nos la “devolverán” cuando tengan ocasión.

Ahí es donde radica la grandeza de estos dos juegos.

Y es que los de Telltale Games han conseguido hacer una gran fusión entre los comics de Kirkman y la serie de televisión, presentándonos un juego que parecen varios capítulos de la productora AMC (a diferencia de estos, de un guión excelente, con una gran relación entre personajes y algunas brutalidades y salvajismos en determinadas escenas exclusivas para un público adulto) y aderezado con unos gráficos cell-shading que intentan imitar los dibujos del cómic y que, sin ser maravillosos, cumplen de sobra con su cometido.

No me extraña que a este juego le hayan dado puntuaciones de diez y de nueve.

De todos modos, no es oro todo lo que reluce y el mayor defecto que presenta este juego es el de la traducción (o el subtitulado): The Walking Dead está en inglés con subtítulos en latino, eliminando el castellano de la "ecuación".

No es algo que me preocupe en exceso, pues ya estoy acostumbrado a leer comics tradumaquetados de más allá del charco, pero es que en varias ocasiones, algunas traducciones son traslaciones literales de giros lingüísticos de la lengua de Shakespeare, que cambian por completo el significado de la frase traducida… Y esto es una pena, pero tampoco ensombrece el resultado final del juego.

En fin, no me quiero enrollar mucho más. Os recomiendo encarecidamente estos dos juegos si sois fans de The Walking Dead, pues os hará enamoraros más aún de aquellos tiempos en los que los primeros números del cómic nos enamoraron a miles de lectores.


Nos vemos.

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